miércoles, 31 de agosto de 2011

Declaración de la Mesa Nacional de Nuevo Encuentro


Las elecciones primarias abiertas se convirtieron en un gran acontecimiento político de enormes proyecciones. Los abrumadores guarismos de la votación a la presidenta Cristina Kirchner y la enorme diferencia respecto de los candidatos opositores mejor situados, en el contexto de una participación popular que otorgó al evento una plena legitimidad democrática, significan un cambio drástico en el escenario político a favor de quienes impulsamos la continuidad y la profundización del rumbo asumido por el gobierno nacional desde mayo de 2003.

Desde el EDE - Nuevo Encuentro festejamos este gran triunfo popular, porque anticipa lo que será una segura victoria el próximo 23 de octubre, pero sobre todo porque demuestra el inmenso respaldo social que tiene el proyecto de transformación nacional del que somos parte.
Además, este aval ratifica nuestra posición política. Ratifica nuestro compromiso de poner el cuerpo sin especulación ni mezquindad para frenar el avance de la derecha sobre el proceso de reformas estructurales, a favor del pueblo, impulsadas primero por Néstor Kirchner y luego por Cristina.

Estuvimos en primera fila en defensa de este proyecto en los momentos más difíciles, cuando el poder económico concentrado, articulado por los grandes oligopolios mediáticos acorraló al gobierno y se insinuaba como irreversible la restauración de la hegemonía política de la derecha neoliberal. Hicimos nuestra cada uno de los conflictos y las luchas que, en estos años, definieron la pulseada entre una democracia profundizada con inclusión social y expansión de derechos y los intentos de someter nuevamente a la política a los dictados de los poderes fácticos. Lo hicimos sin otro cálculo que no fuera el de sostener lo que consideramos el avance más importante del campo popular en las últimas décadas. Lo hicimos en polémica con aquellos compañeros que creyeron en la inminencia del triunfo de la derecha y se distanciaron, oportunismo mediante, de un proyecto al que creían definitivamente derrotado. Adoptamos, públicamente, un compromiso político que muchos consideraron insensato y estéril.

Por eso recibimos el contundente triunfo del domingo 14 de agosto con orgullo y con alegría. Porque no somos una fuerza que “apoya desde afuera”, somos una parte de la amplia constelación política, social y cultural de este rumbo transformador y actuamos como fuerza política independiente y autónoma en el contexto de esa participación y de esa pertenencia que hoy es parte de nuestra historia y de nuestra identidad política.

A la hora de evaluar el desempeño del EDE, como parte del Nuevo Encuentro, en las elecciones primarias, estamos obligados a empezar por lo principal: nuestro partido estuvo donde tiene que estar. Cristina Kirchner fue nuestra principal candidata y su triunfo es parte central de nuestro balance. El NE aportó aproximadamente 450.000 votos al triunfo de Cristina. Dimos así una contribución efectiva al crecimiento electoral de su candidatura. Debemos considerar esos votos como un desarrollo cualitativo de nuestra fuerza a lo que debe sumarse la creciente extensión del EDE a lo largo y a lo ancho del territorio nacional y su reconocimiento legal en varios distritos.

Está claro que para nosotros el desempeño en la provincia de Buenos Aires, donde consagramos legalmente la candidatura de nuestro máximo dirigente, el compañero Martín Sabbatella, tiene un peso simbólico muy importante. Obtuvimos en este distrito, poco menos del 6% de los votos, lo que significa un leve aumento respecto de lo alcanzado en las elecciones legislativas de 2009. A pesar de que nuestras expectativas eran un poco mayores, este desempeño nos coloca entre las fuerzas realmente influyentes en la provincia. Nuestro compañero Lucas Ghi ganó la elección en Morón con márgenes amplios, lo que nos permite augurar un nuevo período de gobierno en el municipio donde comenzó nuestra experiencia política. No solo se mantuvo nuestra influencia en la zona oeste de la provincia, sino que creció en otros distritos. Tenemos que decir que el tipo de definición política nacional con el que fuimos a la elección fue una tensión en el electorado que nos viene siguiendo en los últimos años: se ha sumado un voto kirchnerista que no se siente expresado en las estructuras del Frente para la Victoria – PJ y, al mismo tiempo, es probable que una parte de nuestro electorado haya decidido no acompañarnos a causa de nuestro apoyo a la presidenta. Este cambio es mucho más que una simple operación de suma y resta; significa un contenido mucho más claro de nuestros apoyos, un crecimiento en términos de desarrollo político.

Nos preparamos para la elección de octubre, con el objetivo de ratificar nuestras definiciones políticas y crecer en número de votos. En esa dirección vamos a necesitar un mejoramiento de nuestra estrategia de campaña. Tenemos que ser capaces de mostrar que, ante el escenario de un claro triunfo de la fórmula del Frente para la Victoria para la gobernación provincial, el voto por nuestros candidatos significa una apuesta al futuro y expresa la necesidad de que los partidarios de la profundización de las transformaciones en la provincia de Buenos Aires cuenten con más fuerza propia. En esta dirección deberemos traducir en argumentos concretos y en propuestas precisas nuestra diferenciación política en el contexto del pleno apoyo al rumbo nacional.

Las elecciones todavía no se realizaron. Tenemos que lograr una continuidad de la tensión de nuestros esfuerzos para conseguir que la experiencia de las primarias alcance, si es posible, una contundencia mayor en octubre. Es necesario que así sea porque el país vive momentos de gran trascendencia.

El mundo atraviesa un terremoto económico, político y cultural. El mundo globalizado bajo la hegemonía del capital financiero vive una profunda crisis. Una crisis que no es pasajera ni circunstancial. Que es estructural, y que tiene en su núcleo fundante el extraordinario crecimiento de las desigualdades entre regiones, países y en el interior de las propias naciones desarrolladas. Son tiempos que definen nuestro futuro como país y en el marco de nuestra felizmente fortalecida pertenencia a nuestra región. Nuestro país está entre los más activos impulsores de la coordinación de políticas regionales en la Unasur para enfrentar la crisis. Se dispone a participar en el decisivo foro del G20 en plena articulación política con Brasil, de manera de hacer oír en esa instancia la voz de quienes proponen una mirada alternativa y transformadora a la profunda crisis en curso. La región necesita que el rol de la Argentina no se debilite. Así nos lo ha hecho saber el querido ex presidente Lula, en el encuentro con una delegación política nacional, entre los cuales participaron nuestros compañeros Hugo Yasky y Martín Sabbatella. Para eso se necesita una clara hegemonía política de las fuerzas más comprometidas con este nuevo lugar de Argentina en el mundo. Se necesita un nuevo triunfo contundente de Cristina y un nuevo impulso a la coalición Nuevo Encuentro que integra nuestro partido. Hay que lograr que la experiencia del “grupo A” obstruyendo la marcha del gobierno pase a ser un mal recuerdo de épocas pasadas y que el país cuente con un claro rumbo que las derechas no puedan sabotear.

Estamos convencidos de que estamos en el lugar y en el rumbo correcto y así lo ha ratificado la experiencia de las primarias abiertas. Al mismo tiempo somos conscientes de que nuestro proyecto es una obra en pleno proceso de construcción. Nos sentimos bien con nuestros aliados, en un proceso de crecimiento de la mutua confianza y el desarrollo de todos. A la vez pensamos que el tejido de nuestras alianzas debe fortalecerse. El NE debe expresar mejor nuestra estrategia política que no consiste en desarrollar una fuerza pequeña que actúe “desde afuera” del proceso transformador, como su acompañante “crítico de izquierda” sino en formar parte inequívoca de una nueva mayoría política en el país, de una nueva subjetividad política amplia y plural que dé sustento a un horizonte de democracia, soberanía, independencia e integración regional. El NE tiene que poner todo su empeño a favor de la gestación de un amplio movimiento nacional, popular y democrático que exprese las identidades históricas de nuestra historia política y las renueve en nuevas prácticas acordes con los desafíos de la época. Todo indica que la próxima elección va a poner a la compañera Cristina Kirchner en un lugar político muy favorable para una convocatoria de esas características. El EDE está comprometido a poner todos sus recursos en la lucha por ese objetivo. Es para eso que necesitamos crecer. Los lugares político-institucionales que asumamos solamente tienen sentido en esa perspectiva.

Nunca en las últimas décadas nuestro país tuvo una oportunidad histórica como la actual. No cayó del cielo. La ganó el pueblo con sus luchas. Y la expresó Néstor con su audacia transformadora y Cristina como su indiscutible continuadora. La Argentina de la inclusión, de la producción, del desarrollo, de la plena ciudadanía para todos y todas, integrada al mundo a través de su irrenunciable activismo regional necesita una fuerza política amplia y plural que le dé sustento en el tiempo. El EDE - NE existe para ese objetivo y no entendemos nuestro crecimiento y consolidación si no es a su servicio.

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