viernes, 22 de junio de 2012

En defensa de los trabajadores y el Proyecto Nacional que garantiza sus derechos

Durante la semana que está terminando, la escalada del conflicto desatado por Hugo Moyano desbordó claramente los límites de la acción reivindicativa gremial para constituirse en una acción política contra el gobierno de Cristina Kirchner. Desde el Frente Nuevo Encuentro defendimos, defendemos y defenderemos el derecho de los trabajadores a reclamar mejores condiciones laborales y salariales. Ese derecho es una conquista del campo popular. Por eso, no es justo que se lo manipule para ponerlo a disposición de un plan que trasciende el conflicto gremial y tiene un claro objetivo político. No hay reclamo particular que pueda justificar la desmesurada decisión de cortar el suministro de combustible en todo el país, afectando las condiciones de vida de todo el pueblo argentino. Finalmente, la firmeza del Gobierno y el rechazo de toda la sociedad obligaron a Moyano a levantar el bloqueo.

El actual secretario general de la CGT se ha convertido por propia voluntad en una herramienta destacada de la operación que pilotean los sectores del privilegio y articulan las grandes empresas mediáticas orientada a debilitar y si es posible desestabilizar al gobierno. Así quedó evidenciado con la convocatoria a un paro del gremio de camioneros realizada desde los estudios del canal de noticias del grupo Clarín, una puesta en escena que completó el drástico giro emprendido por este dirigente contra el proyecto político que más benefició a los trabajadores en los últimos cincuenta años.

Nada hay de cierto en la argumentación que pretende acusar al gobierno de haber modificado su rumbo en perjuicio de los trabajadores. Por el contrario, en el marco de una profunda crisis mundial del capitalismo, nuestro gobierno ha profundizado la orientación hacia la defensa del empleo y los salarios, la soberanía monetaria y nuestra economía. Lo demuestran de manera incontrastable medidas como la nacionalización de YPF, la reforma a la carta orgánica del Banco Central, el ambicioso plan de viviendas recientemente lanzado por la presidenta y la recuperación de derechos laborales que habían sido avasallados y cercenados durante los gobiernos de Menem y De La Rua. En todos los casos se trata de medidas fuertemente resistidas por quienes quieren ver al país nuevamente arrodillado ante los organismos de crédito internacionales y descargando una vez más los efectos de la crisis internacional sobre los hombros de los trabajadores y los sectores más vulnerables de la sociedad.

Los reclamos sindicales en materia de piso para el pago de impuesto a las ganancias y de asignaciones familiares constituyen demandas razonables que deben ser compatibilizadas con las necesidades del Estado para defender a los sectores más desprotegidos de la sociedad. El señalamiento reivindicativo, sin embargo, no guarda proporción alguna con los métodos puestos en juego para sostenerlo. Está claro el trasfondo político de la operación dirigida a debilitar al gobierno y a instalar una lucha por el poder con nuevos actores y nuevos rumbos que no son sino el regreso al país previo a las transformaciones motorizadas por el kirchnerismo. En ese sentido, son sugestivos los gestos y los silencios de Scioli quien, en su doble papel de gobernador y candidato, se corrió absolutamente de la escena en medio de los graves acontecimientos provocados por la dirección del Sindicato de Camioneros.

En la Argentina se terminó la época de los gestos ambiguos y de la bifurcación entre las palabras y los hechos; todos sabemos bien a qué juega cada uno y no hay mejor manera de saberlo que seguir de cerca las posiciones que van impulsando los medios de comunicación hegemónicos. Es necesario que todos los militantes y las organizaciones políticas, sociales y culturales que apoyamos el proyecto político liderado por Cristina Kirchner estemos dispuestos a desactivar este operativo desestabilizador y antipopular. Estamos en defensa de la vida pacífica de nuestro pueblo y contra la prepotencia corporativa que se disfraza de lucha de los trabajadores. Sabemos que existen diversas demandas laborales y estamos seguros de que su plena satisfacción solamente será posible con un gobierno, como el actual, sólidamente comprometido con los intereses de los trabajadores y los sectores más vulnerables de la sociedad. Repudiamos la utilización de las estructuras sindicales por parte de las cúpulas burocráticas, para actos que terminan afectando el pleno desarrollo de la actividad productiva del trabajo y la vida cotidiana de nuestro pueblo.

Por ello, unidos y organizados nos manifestamos a favor de la profundización del proyecto político que recuperó millones de puestos de trabajo, elevó sistemáticamente los salarios y las jubilaciones, estableció la asignación universal por hijo, recuperó la soberanía nacional y devolvió la dignidad al pueblo argentino.

Mesa Nacional del Frente Nuevo Encuentro

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