jueves, 23 de agosto de 2012

A 40 años de la Masacre de Trelew

"La sangre derramada no será negociada", fue la frase que eligió Rodolfo Ortega Peña, abogado y militante del peronismo revolucionario, cuando juró para asumir su banca de diputado en 1973.

La consigna aludía a la llamada "Masacre de Trelew", suceso trágico ocurrido el 22 de agosto de 1972 que consistió en el fusilamiento de 16 compañeros de la lucha armada, que habían malogrado una fuga del penal de Rawson, donde estaban detenidos. Sólo seis compañeros tuvieron éxito en la fuga y consiguieron llegar por vía área a Chile. Allí, el gobierno popular de Salvador Allende decidió darles asilo político y luego garantizó un salvoconducto para que pudieran exiliarse en la Cuba comunista. 

El gobierno de Lanusse, como venganza, tomó la criminal decisión de abatir a los militantes del penal recapturados tras el intento de evasión. La sangre de los caídos sigue latiendo en la memoria de los que retoman las banderas de aquellos compañeros. Pasaron 40 años de la masacre, pero no pudieron fusilar su ejemplo. 



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