¿Qué ciudad queremos?
Nos hallamos frente a
una problemática barrial, producto de una obra pública necesaria pero
que arraiga inconvenientes que podrían haber sido previstos y evitados.
Más allá de las sensaciones cruzadas que nos pueda generar el viaducto
de Lacroze, debemos correr el eje un poco más en profundidad y
preguntarnos: ¿Qué barrio y qué ciudad queremos? La ciudad de Buenos
Aires posee un gran valor histórico-simbólico para nuestros ciudadanos,
repleto de costumbres y tradiciones que hacen a una arquitectónica única
y diversa. Pero, ¿de qué modo impactan sobre ella las modificaciones
que está haciendo la gestión estatal en la CABA? Muchos espacios verdes
fueron reducidos, como por ejemplo en Parque Chacabuco, o enrejados,
como recientemente ocurrió en Parque Centenario. ¿Queremos una Ciudad
para vivir o tan solo la queremos para transitar? A la destrucción de la
emblemática Avenida 9 de Julio por la colocación de un colectivo con
carriles exclusivos, las excesivas obras públicas que arrasaron con
parte de nuestra cultura porteña, así como el abandono de teatros y
centros culturales (Teatro San Martin), ahora también se le suma un
sentimiento vivido en carne propia con el riesgo de que no se estén generando las condiciones de seguridad para que las familias sigan asistiendo a la la
histórica calesita de la Estación Colegiales. Es necesario agilizar y
mejorar el tránsito y los servicios de transporte en la ciudad, pero no a
costo de que tengamos que subordinarnos a vehículos que nos llevan a
trabajar sin poder disfrutar de una calle tranquila; donde nuestros
chicos puedan jugar a la pelota, los más grandes tomar unos mates y
contar historias; otros leerán un diario, y otros nos dedicaremos a
contemplar el paisaje (si no lo taparon aún los edificios) y a describir
una realidad, la cual creemos que vale la pena valorar y no dejar de
reflexionar sobre ella.
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