La presidenta Cristina Fernández fue la oradora principal del Congreso sobre democratización de la Justicia que se realizó el martes en la Universidad Nacional de La Matanza.
Cristina Fernandez de Kirchner sostuvo que “la primera gran
ecuación que tenemos que resolver en la Argentina es Justicia y seguridad” y su
relación con redes de corrupción estatales y policiales. Asimismo, enfatizó que
la Justicia no debe tener una velocidad mas lenta cuando atañe a
intereses corporativos. Defendió los proyectos de reforma judicial que se
debatieron en el Congreso y remarcó: “No voy a proponer ninguna reforma de la
Constitución”.
La Jefa de Estado
destacó el lema del congreso realizado en la Universidad de La Matanza: “La
sociedad le habla a la justicia”, pero apuntó que “tal vez mas que hablarle, la
sociedad estaba interpelando a la justicia”. Asimismo, destacó algunas de las
personalidades que estuvieron presentes en los paneles, como Rosa Bru, Vivian
Perrone, Raquel Wittis, Susana Trimarco, Estela de Carlotto, Sergio Burstein o
Pablo Ferreyra, todos ellos familiares de víctimas de causas judiciales
resonantes.
Respecto al caso de
Pablo Ferreyra, hermano del militante Mariano Ferreyra, asesinado por una
patota de la Unión Ferroviaria en octubre de 2010, la Primera Mandataria
afirmó: “Esa bala que mató a Mariano también rozó el corazón de mi compañero de
vida y de militancia”. “Recuerdo la reunión que mantuvimos con su familia, sin
cámaras, ni televisión, donde me preguntaron si iba a haber justicia. Yo les
dije que con el único que estaba casada, no estaba más”, aseguró. Y remarcó que
“el testimonio que incriminó a quienes mataron a Mariano Ferreyra, lo consiguió
Néstor Kirchner en una tarde de desesperación, porque sintió que se volvía a
repetir lo de Kosteki y Santillán”.
Cristina Fernández
sostuvo que “han querido instalar que la inseguridad es un tema que apareció
como un repollo hace tres o cuatro años”. Por dicho motivo, consideró que “la
primera gran ecuación que tenemos que resolver en la Argentina es Justicia y
seguridad, íntimamente vinculadas con fenómenos contemporáneos como el
narcotráfico”.
Asimismo, embistió
contra las “complicidades” que se dan en los casos de inseguridad. En ese
sentido, indicó que habló con un vecino de Junín cuyo hijo está preso “acusado
de quemar patrulleros y comisarías”, quien le comentó que “en la comisaría lo
habían torturado y les habían pegado para que dijeran que pertenecían a una
organización juvenil”.
La Presidenta
sostuvo que “el segundo gran problema es volver a vincular la justicia con la
igualdad. Significa igual trato de la ley a todos los ciudadanos, en términos
individuales y corporativos”. “Observamos una justicia de dos velocidades: una
justicia que si los involucrados son corporaciones poderosas, la justicia tiene
un ritmo lento”, remarcó y ejemplificó con casos como el de “la ley de medios,
casi cuatro años paralizada, latrocinios como los de la Sociedad Rural”.
Al respecto,
consideró que “la justicia no puede tener una agenda mediática, tiene que tener
una agenda que es la de la sociedad, castigar a los que sean culpables,
cualquiera sea su posición social, corporativa o política”.
Respecto a los
paneles que compusieron el congreso, la Jefa de Estado opinó que “falta una
tercera víctima”. Señaló que se trata de “nuestro país, la República Argentina,
saqueado, esquilmado, con megacanje, blindaje, endeudamiento, represión”.
Proyecto de reforma
judicial
La Presidenta se
refirió a los seis proyectos que había enviado al Congreso para reformar
aspectos de la Justicia, al pedir que “nadie crea que esto es el milagro o la
panacea, porque no existe acá ni en ninguna parte del mundo”. Y enfatizó que se
trata de “un instrumento, seis leyes”.
“Primero dijeron que
las íbamos a aprobar a libro cerrado, y las seis leyes sufrieron importantes
modificaciones en el debate legislativo, como corresponde”, afirmó.
La Primera
Mandataria aseguró: “La Constitución la leo toda completa, no la leo por partes
como algunos, donde si me conviene es inconstitucional y si no me conviene,
no”. De todos modos, advirtió que respetar la Constitución Nacional “tampoco
significa que sea perfecta. Para tener una completa reforma de la justicia,
debería ser modificada”. Pero enfatizó: “No voy a proponer ninguna reforma de
la Constitución, por eso envié estos seis proyectos”.
Respecto a las
críticas recibidas sobre la decisión de “dejar en cabeza de la Corte la
administración de la totalidad de los recursos del poder judicial y la
ejecución del presupuesto”, Cristina Fernández sostuvo que es “una ley que
capta la imposibilidad de que un cuerpo colegiado (como el Consejo de la
Magistratura) pueda llevar esa tarea adelante”.
La Jefa de Estado
reclamó por la necesidad de “una interpretación por parte de todos los jueces
que no sirva a los intereses corporativos, sino para que los tres poderes del
Estado no funcionen en beneficio propio, sino en beneficio de la sociedad”.
“Hay víctimas de la justicia. Pero no hay vestales de la justicia”, afirmó y
remarcó que “en la justicia no hay vestales, ni en el Poder Legislativo, ni en
el Poder Ejecutivo”.
Acerca de la actitud
de la oposición en el debate de la reforma, la Presidenta se preguntó: “¿Cómo
es posible que de seis leyes no estén de acuerdo con ninguna? Los artículos de
las seis leyes, inclusive de la que establece el ingreso igualitario para que todo
joven pueda ingresar, sin tener que ser hijo, primo, sobrino ni ahijado de
nadie”. “¿Como se puede estar en contra de que quienes van a integrar el órgano
político del poder judicial, el Consejo de la Magistratura, sean elegidos por
el voto popular, como puede ser que alguien diga que está mal que voten 40
millones de argentinos en vez de que voten jueces y abogados?”, enfatizó.
Recordó que el
gobierno de Néstor Kirchner fue “el primer gobierno democrático que incorpora a
dos mujeres al más alto tribunal de justicia”. Señaló que se trata de “mujeres
que ni el entonces presidente ni esta presidenta conocían anteriormente.
Nómbrenme algún otro presidente que haya nombrado en la Corte a algún juez que
no haya sido su amigo o lo haya conocido antes”.
La Mandataria retomó
el cuestionamiento a la oposición al preguntar “¿qué proponen a cambio de esto?
¿O es que la justicia está hoy de acuerdo con lo que pide la sociedad?”. En ese
sentido, se preguntó “¿qué son esas marchas permanentes, cuando la gente pide justicia
por algún crimen?”.
Acerca de la ley de
reforma del Consejo de la Magistratura defendió la incorporación de académicos
y científicos al afirmar que “la Justicia no es un tema de abogados”. Recordó
las palabras de un senador opositor, quien aseguraba que “los jueces jamás
votan en contra de los jueces”. Y reconoció que actitudes de ese tipo “no se
producen solo en la justicia, se producen en todos los cuerpos. Por eso
eliminamos el código de justicia militar, y los militares son juzgados en
tribunales comunes”.
Respecto a la ley
que regula las medidas cautelares, aseguró que no tiene que ver con los
recursos de amparo. “El recurso de amparo tiene jerarquía constitucional,
defiende a toda persona y decide sobre la cuestión de fondo. No tiene nada que
ver con el mecanismo de la medida cautelar que fue deformado para frenar la
capacidad del Estado” de implementar políticas, resaltó.
Afirmó que los
proyectos “han ido y venido de una cámara a la otra con una participación y
debate que queremos que ser reproduzca a lo largo y a lo ancho del país, para
discutir otras cosas como el juicio por jurados, que también está en la
Constitución”. Y reclamó “comprender que es necesaria la participación popular
para abordar los problemas o al menos su solución”.
Elección de Néstor
Kirchner
La Presidenta
reconoció que el de hoy es “un día muy particular” por cumplirse un aniversario
de su primera elección como diputada provincial en Santa Cruz en 1989, y por
cumplirse diez años del día en que Carlos Menem renunció al balotage y Néstor
Kirchner se convirtió en Presidente de la Nación.
“Recuerdo que me
preguntaron qué iban a hacer si se bajaban y quedábamos con apenas el 22 por
ciento de los votos. Yo dije que íbamos a hacer lo único que se puede hacer
para ser un gobierno legítimo: gobernar a favor de los intereses del pueblo”,
enfatizó. Y remarcó que “se puede ganar con el 50 por ciento de los votos y
deslegitimarse por la acción. Y se puede llegar con el 22 por ciento y hacer
justicia como hizo ese hombre con la causa de los derechos humanos”.
“Queremos una
justicia que también acometa contra las corporaciones que se han apoderado del
país, que han saqueado al país. Como no van a poder hacerlo si hay una sociedad
entera que reclama Justicia, que reclama libertad y que reclama igualdad”,
aseguró la Presidenta.
Fuente: Presidencia de la Nación
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