jueves, 24 de octubre de 2013

José, el compañero

Quienes militamos en Nuevo Encuentro tenemos el orgullo, la alegría y el compromiso de poder militar la candidatura del compañero José Cruz Campagnoli. Tercero en la lista de candidatos a legisladores porteños del Frente para la Victoria (FPV) que encabeza el ex canciller Jorge Taiana, José Cruz Campagnoli integra la mesa de conducción del Frente Nuevo Encuentro en la Ciudad de Buenos Aires. Fue presidente del Concejo Deliberante de Morón y director de la Oficina Anticorrupción del Municipio de Morón.

LOS INICIOS

¿Cómo te iniciaste en la militancia?

José Cruz Campagnoli: Yo vengo de una familia militante, mis viejos fueron militantes durante muchísimos años. A los tres, cuatro años, ya vivía en medio de discusiones y debates. Fui creciendo con la política como elemento constitutivo de mi vida. Yo nací en el 76, en el inicio de la dictadura. Fui a mi primera marcha en los hombros de mi viejo, con la apertura de la democracia. Ya en la secundaria, en el 91, 92, empecé a dar mis primeros pasos en la militancia.

Estudié el ciclo básico en el industrial y me eligieron delegado de mi curso. Era un momento de fuerte oposición a la Ley Federal de Educación del menemismo, que achicaba el presupuesto de Educación  y eliminaba las carreras técnicas, como parte de la estrategia de desindustrializar el país. Después terminé el secundario en el Dorrego, un colegio más politizado. En cuarto año fui delegado nuevamente y en quinto año se produjo una gran movida estudiantil porque con la aplicación de la Ley cerraban cursos. Muchos de nosotros terminamos de un día para otro al frente de asambleas de 500 pibes. Fue un proceso muy interesante por el grado de movilización que existía, aún en el marco de la despolitización que se vivía con el menemismo. Eran los años de la caída del bloque del Este, del "Fin de la Historia", del liberalismo como modelo imperante. Era una etapa de mucha angustia.

Entonces, para nosotros, en Morón, fue una bocanada de aire fresco poder organizarnos y además ganar la lucha, frente a autoridades que incluso tenían vínculos con la dictadura. Haber ganado nos generó mucho entusiasmo. En ese contexto lo conocí a Martín Sabbatella, que también había estudiado en el Dorrego y estaba participando en la juventud del Frente Grande. Ese grupo que se formó en el colegio siguió organizado, haciendo tareas solidarias, después empezamos a involucrarnos más en la militancia política, en la juventud del Frente Grande.

En Morón se da una cosa particular, porque el municipio estaba gobernado por Rousselot, el paradigma de la corrupción menemista en la provincia de Buenos Aires. Un señor que andaba de traje blanco con veinte guardaespaldas, que era el monumento a la corrupción y a la impunidad. Y en Morón, Rousselot quiere implementar un plan cloacal que era una estafa gigantesca. Se obligaba a los vecinos a adherirse a un convenio para pagar las cloacas, y si no las podías pagar, te hipotecaban la casa. 

Se generó un debate político profundo. Nosotros salimos del secundario a intentar organizar la lucha vecinal en los distintos barrios de Morón. Yo tenía 18 años, laburaba vendiendo libros. Yo recuerdo que lo que hice fue sacarme el “enterito”, la remera de Sumo (tenía una o dos, que usaba siempre) me compré una camisa y nos pusimos a organizar asambleas con vecinos que tenían en promedio unos cincuenta años, todos discutiendo la manera de frenar la estafa de las cloacas. Fue una experiencia importante que tuvo nuestra generación: de un día para el otro pasamos de hablar en una asamblea con estudiantes a hablar ante vecinos que tenían la edad de nuestros padres y abuelos. Fue una experiencia de gran impacto.

Después de meses de confrontar, con las patotas del intendente que venían a romper las asambleas a golpes, también ganamos, frenamos el plan cloacal. En el 97 ganamos las elecciones. En el Concejo Deliberante se armó una comisión investigadora contra Rousselot. Se encontraron cosas como que se habían gastado todo el presupuesto destinado para un construir un hospital en la base aérea de Morón, pero el hospital no existía. Martín Sabbatella presidió la comisión que hizo juicio político y destituyó a Rousselot en 1998. Vamos a elecciones en el 99 y ganamos la intendencia. Martín tenía 29 años y yo 23.


LA GESTIÓN.

“Desde el primer día apuntamos a una gobernabilidad distinta, con un Estado presente, preocupado por las problemáticas de la sociedad, por las políticas sociales, sanitarias, de derechos humanos”.


¿Cómo fue tu experiencia particular en el gobierno de Morón?

José Cruz Campagnoli: La primera tarea que me asignan es ser interventor en la Dirección de Tránsito. Desde el primer día apuntamos a una gobernabilidad distinta, con un Estado presente, preocupado por las problemáticas de la sociedad, por las políticas sociales, sanitarias, de derechos humanos, que habían sido aniquiladas en el municipio. Y teníamos que enfrentar a sectores que habían perdido privilegios y pretendían recuperarlos. Sectores poderosos que creían que el Estado era de ellos. Grupos que intentaron llevarse puesto al gobierno, incluso con violencia, tomas del municipio, etc.. Y ahí Martín toma una definición, que hicimos nuestra: “nos puso el pueblo con los votos, nos saca solamente el pueblo con los votos”. Y había un pueblo decidido a acompañar, a defender ese proyecto.

En ese momento nos vamos del Frente Grande y creamos Nuevo Morón, un partido local, que fue el embrión de lo que hoy es el Nuevo Encuentro. En ese momento yo fui secretario general del partido, del cual Martín era presidente, y en diciembre de 2001 asumo la conducción de la oficina anti corrupción y de atención al vecino del Municipio de Morón. Ahí tenía 25 años.  En el 2003 vamos a elecciones y tenemos un apoyo contundente de la población, ganamos con más del 50% de los votos y más de 25 puntos de ventaja respecto del segundo. Ahí asumí como concejal.

En ese mismo año asume Néstor Kirchner y se empiezan a dar en el plano nacional cosas que a nosotros siempre nos movilizaron. En el 2004 se inauguró el Centro de la Recuperación de la Memoria en la ex-Esma. Nosotros, en el 2000, con De La Rúa como presidente y Ruckauf como gobernador,  creamos en Morón el primer centro de la memoria en un predio de la Fuerza Aérea. Cuando Néstor Kirchner plantea que los que más tienen paguen más impuestos, está en línea con lo que hicimos cuando asumimos en Morón al eliminar las exenciones que Rousselot le había dado a los grandes grupos económicos. Cuando Kirchner empieza a dar pasos en la integración regional, nosotros nos sentimos identificados porque en el año 2000 integramos la red de Mercociudades, ciudades del países del Mercosur. Martín fue secretario ejecutivo de esa red, con el fin de fomentar la integración regional. Es decir, nos veíamos reflejados en las políticas que venía dando el gobierno nacional. Ese proceso de debate fue largo y nos llevó a encontrarnos hoy plenamente integrados al kirchnerismo.


“En el siglo XXI, no hay nada más peronista que ser kirchnerista. Y no hay nada más de izquierda que ser kirchnerista”.

¿Cómo viviste, cómo sintetizás el camino por el cual Nuevo Encuentro se integra al kirchnerismo?

José Cruz Campagnoli: Nosotros sentimos una profunda conmoción cuando se debatió la resolución 125. Defendíamos el avance de las retenciones móviles, teníamos algún matiz con respecto a la segmentación entre grandes y pequeños productores. Pero estábamos profundamente de acuerdo con el espíritu de la medida. Y cuando vimos que había una plaza que bancaba las retenciones y había otra plaza donde los dueños de la tierra, los que históricamente gobernaron nuestro país para privilegio de las grandes minorías concentradas, se enfrentaba al gobierno, bueno, ahí tomamos la decisión de estar. Recuperando a Jauretche, a Scalabrini Ortíz, que planteaban que cuando tenés dudas sobre de qué lado estar en determinado momento histórico, fijate dónde están los enemigos del pueblo y ponete enfrente.

Esa discusión nos ubicó claramente en un lugar, en el campo nacional y popular, más allá de las contradicciones, de los debates. Yo creo que ahí comenzamos a ser kirchneristas, claramente. Aunque fuimos en el 2009 en la provincia de Buenos Aires porque el Nuevo Encuentro precisaba presentarse como fuerza. Pero el día después de las elecciones, Néstor Kirchner lo llamó a Martín para felicitarlo. Martín le dijo que teníamos un sabor agridulce por el buen resultado de Nuevo Encuentro pero por el triunfo de la derecha. Y Kirchner le dice “no importa, seguramente vamos a corregir eso de que no estemos juntos”. Y ya a los dos años estábamos integrando la lista colectora acompañando la candidatura de Cristina. Y hoy estamos plenamente integrados.

Creo que fue un proceso casi lógico, que hoy seamos una fuerza con un profundo compromiso ideológico dentro del proyecto político que es el kirchnerismo. Nosotros creemos que el kirchnerismo debería ser la identidad del campo popular en el siglo XXI, hija del peronismo, pero en diálogo con otras identidades. El kirchnerismo dialoga con 1810, con la revolución del parque, con el 17 de octubre, con la resistencia a la dictadura. El kirchnerismo también da vueltas con las Madres en la Plaza de Mayo. El kircherismo también es hijo de la derrota del neoliberalismo el 19 y 20 de diciembre de 2001. Y es todo lo que estamos viviendo desde 2003 en adelante. En el siglo XXI, no hay nada más peronista que ser kirchnerista. Y no hay nada más de izquierda que ser kirchnerista. La derecha quiere terminar con el kirchnerismo, no pudieron evitar que nazca y quieren que termine. No por ganar, sino para escarmentar al pueblo, para que durante mucho tiempo no haya laburantes con trabajo digno, ni pibes con asignación universal, ni gobernantes que se animen a plantarse en cara al FMI o a los Estados Unidos. Ellos quieren que ningún dirigente se anime a hacer otra cosa que lo que dicta Clarín.

Pero el kirchnerismo tiene un sentido histórico. El sentido de Nuevo Encuentro es fortalecer este proyecto para seguir gobernando hasta que se alcance plenamente la justicia social que venimos construyendo desde 2003. Y si nos toca perder una elección, tenemos que mantener la construcción de la fuerza para volver en dos o cuatro años a retomar la senda.

En la próxima elección se elige el nivel de apoyo que va a tener Cristina hasta 2015 para poder seguir poniendo en marcha políticas favorables al conjunto del pueblo y también para construir el mayor consenso posible que nos permita construir la victoria en las presidenciables de los próximos dos años. Nosotros estamos profundamente convencidos y comprometidos con este proyecto.


El desafío enorme es pensar una ciudad que tal vez no podamos disfrutar, pero sí nuestros hijos y nietos.

¿Cómo fue tu experiencia legislativa en Morón? ¿Qué políticas pueden ser repensadas para la ciudad de Buenos Aires?

José Cruz Campagnoli: Creemos que hay que fortalecer la Legislatura. Macri vetó 117 leyes, muchas de ellas votadas por sus propios legisladores. Necesitamos involucrar a la sociedad en los debates legislativos, para que el costo que pague Macri con sus medidas sea mayor.  
Macri es un vocero de los intereses concentrados del país. El famoso círculo rojo que describe al centro del poder, del establishment en Argentina lo tiene a él como sus exponentes más puro, es el que le hace los deberes a Clarín. Hay una tendencia de Macri de privilegiar a los grandes grupos. En definitiva, es lo contrario al Estado que pensamos nosotros, para una Ciudad  democrática, solidaria, plural.

Esta es una ciudad rica, con un PBI per cápita similar al de grandes metrópolis desarrolladas. Sin embargo, hay asimetrías muy grandes, la brecha entre los que menos ganan y más ganas se amplió en los últimos años. Hay 200.000 personas que viven en villas, mayoritariamente en la zona sur. Es una ciudad asimétrica.

La gran tarea del kirchnerismo es  comenzar a pensarse como alternativa de gobierno. Hemos sido durante años una oposición seria, responsable, que ha enfrentado a las políticas más nocivas del PRO. Pero nos queda pendiente empezar a pensarnos como fuerza capaz de gobernar la ciudad. Por lo tanto, hay que organizarse para poder ampliar la base electoral.

Existen temas sin dudas complejos. Hay que pensar qué haríamos nosotros con la inseguridad, el transporte, el espacio público. La ciudad tiene un presupuesto altísimo, con un potencial gigantesco. Pero en los últimos años, ha sufrido un gobierno cuyo objetivo fue convertir a Buenos Aires en plataforma electoral para que Mauricio Macri sea presidente. Entonces, se han pensado más en proyectos de alto impacto en corto plazo que políticas de Estado con proyección para 20 o 30 años.

Hay que dar un profundo debate. No solamente abordar los temas de salud y educación sino también problemáticas más complejas como el transporte, la inseguridad, si nos pretendemos como opción de gobierno dentro de dos años. El desafío del kirchnerismo, del Frente para la Victoria, es poner en discusión cómo pensar una ciudad a largo plazo 20 años. Que se organice de otra forma, que urbanice las villas, pensar un sistema de transporte integrado, ecológico, repensar el sistema de recolección de residuos. La ciudad produce 5000 toneladas diarias. Macri incumple la ley de Basura Cero, que plantea la separación de residuos reciclables. Macri pone los tachos de distintos colores pero después tira toda la basura en el mismo lugar.

La legislatura tiene que ser el lugar en el que debatamos qué tipo de ciudad queremos. Pero no sólo en la legislatura, tenemos que discutir en cada barrio para involucrar masivamente a la población. Tenemos hombres y mujeres capaces de llevar adelante este desafío. Es un orgullo compartir la lista con Jorge Taiana. Y Nuevo Encuentro tiene mucho para aportar en la ciudad, hemos tenido un gran desarrollo en los últimos años, con inserción en los barrios, en facultades, en sindicatos. Somos una fuerza de peso en la ciudad.

Y con esa vocación de construir mayorías tenemos, que convencer a los vecinos y vecinas que el Frente para la Victoria es la mejor opción para la ciudad. Y para convencer, hay que escuchar mucho, hay que recuperar la capacidad de escucha de los vecinos, buscar las coincidencias, bancar las diferencias. El kirchnerismo ha desarrollado una gran cantidad de políticas de ampliación de derechos en la Argentina, derechos económicos, sociales, políticos. Después del 27 de octubre se va a empezar a construir una página nueva en Buenos Aires y estoy convencido de que con nuestra capacidad y convicción seremos gobierno en la ciudad en 2015.

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